martes, 2 de septiembre de 2008

Profesores Destacados : Amanda Labarca




Amanda Labarca
(1886 – 1975)


Amanda Pinto Sepúlveda, nace en Santiago el 5 de diciembre en 1886 al interior de una familia de clase media. Hija de Onofre Pinto y de Sabina Sepúlveda, adopta el apellido Labarca luego de su relación matrimonio con Guillermo Labarca Hubertson.
Obtiene el bachillerato en humanidades en 1902, ingresando al año siguiente al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. En 1905 se titula de profesora de estado con mención en Castellano. Trabaja durante un tiempo como profesora en establecimientos educacionales del Estado. En 1910 viaja a la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, con el propósito de especializarse en educación escolar. En 1912 continúa su perfeccionamiento en la Universidad de La Sorbonne, París. En estos años se empapa de la discusión internacional sobre los problemas de la mujer cuya preocupación central es la obtención de una mayor justicia social para ellas.

En 1922 fue nombrada profesora extraordinaria de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, convirtiéndose en la primera mujer
latinoamericana que accedió en calidad de académica en dicha Universidad donde dicta las cátedras, Problemas de la Educación, y Sociología Educacional. Fue profesora del curso de psicología y en 1932 funda el Liceo Experimental Manuel de Salas. En 1939 publicó La Historia de la Educación en Chile y La evolución de la Segunda Enseñanza.En 1940 publico la Educación Decadente y el año1944 en “Bases para una Política Educacional”, promueve la función social de la educación, que esté al servicio de población y sus realidades. Dictó cursos y seminarios en países de toda América.

Los principios de Amanda Labarca fueron en que la educación debe ayudar a que el hombre se desarrolle dentro de la sociedad, logrando que éste alcance un desarrollo físico y moral íntegro. Los ideales de vida deben ser idénticos a los de la educación, pues su fin es la consecución de la felicidad colectiva, también que la escuela fuera el sitio donde el niño y el adolescente crecieran sanos, alegres, disciplinados, trabajadores, cultos y generosamente solidarios con su medio y su país y que el maestro, especialmente, debe aspirar a ser artífice en su proceso de desarrollo.

En 1964 fue distinguida como Miembro Académico de la Facultad de Filosofía y Educación de la Universidad de Chile y en 1969 de la Academia de Ciencias Políticas, Sociales y Morales del Instituto de Chile. Sus últimos años los dedicó a la escritura de numerosos estudios relativos a la educación y la mujer, artículos de prensa, integrándose a importantes grupos intelectuales de toda Latinoamérica. Fallece en Santiago el día 2 de enero de 1975.